Virtudes, expresiones y vivencias del Carnaval de Barranquilla

Entierro de joselitoCarnaval es carnaval!!!… lo demás son vainas!,…

Sana guachafita, ingenioso despeluque, pintoresco voyován, multitudinario zafarrancho, todo lo cual identifica las vivencias y virtudes de un pueblo farandulero, que, como la exalta el principio galante de nuestro himno cívico: !Barranquilla, sabe cantar y sobre el yunque martillar!.

El que es barranquillero nato, meslisa, currambero, no es carnavalero neto? ombeee, la respuesta es pero por supuesto!, El carnaval, además de ser befa, burla, broma, saberle sacar partido al ridículo, sin hacerlo obvio :), es una terapia que evita el desguarrule, el tututuco y ese patatus o soponcio que, antes, los más plebes de la comarca llamaban ¡PINGARRIA!… ahora los más zanahorios de la pomada y de la «high society» ¡ESTRESS!

Es una fiesta durante cuyo boboló se expresan por igual: el caralibe y el turpial, los guacharacos, barbules y matacongos de postín; guacamayos y maleburcios; bagres y rejatablas; guaches, buchipluamas y corronchos, manito lindo, que es el peronsaje «Chévere» de la parranda más guapachosa que, al compás de la cumbia, el porro, el mapalé, la gaita, el chandé, la puya y el fantástico merecumbé de pacho, más la salsa de moda, ponen a bailar hasta moderle la nalga al alba, como se dice del amanecer en el vocabulario relajante de nuestros «dimes y diretes»… por eso, aquí en Barranquilla, nadie, fuera del carnaval usa cera… la madre si no! y pongo tapón por siaca me mientan la mia 🙂

Todo esto para presentar a diario una descripción de cada uno de los disfraces del carnaval de la arenosa.